Pues bien sabéis que yo con lo salado no me muevo mucho, mi especialidad son las pizzas (con un ingrediente secreto, el calabacín)... pero no a todo el mundo le mueve el dulce, así que gracias a mi amiga Silvia, pudimos sorprender a los invitados con unos magníficos aperitivos que dejaron boquiabiertos a más de uno.
Yo
no puedo hablar mucho, porque sólo saldrían alabanzas para esa
increíble amigaza que me salvó el cuello para el bautizo. No sólo se
encargó de lo salado, hizo mil cosas más que ya os iré contando: los
arbolitos de esponjitas, los cucuruchos de palomitas de caramelo, los
pinchitos de lenguas, los cake pops, los paraguas de chocolate... Una
lista infinita!!!
Respecto a lo salado, nos deleitó con piruletas de roquefort y jamón, o de dátiles, saquitos de morcilla y pera, y que nadie deje de probar sus maravillosas pastelas árabes. Según una amiga de Melilla, son idénticas a las de su tierra (preguntó muchas veces la receta, pero Carlos se resistía con su cara de póker, jijiji).
Lo dicho, no os perdáis su blog, y quedad bien en cualquier evento que tengáis contratando sus estupendos servicios. Besitos,