A pesar de su casi ausente apetito, le hincó bien el diente a su tarta de cumpleaños. Era de bizcocho brownie bañado en almíbar de chocolate, cubierta y rellena de ganaché de chocolate negro... ¡una perdición para los chocoadictos! No me canso de hacer esta tarta porque es éxito seguro, incluso para los no fanáticos del chocolate negro, como es mi caso.
Por supuesto que las margaritas no las hice yo, las hizo mi madre... ¡yo sigo aprendiendo! Yo ensayo, pero prefiero que no se pongan mis flores al final, jajaja. ;)
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